En una semana se define suerte del hospital de Riohacha
La industria del embargo lo tiene paralizado
Por: Francisco De La Hoz Sarmiento
El Hospital Nuestra Señora de los Remedios de Riohacha se encuentra en una grave crisis, pero a juicio de su gerente, el médico Ubaldo Martínez Pinedo, no todo está perdido y con un poco de voluntad política, no solo de los gobiernos nacional y departamental, sino de la comunidad y principalmente de sus funcionarios, se puede salir, adelante. Es consciente que cuenta con un plazo perentorio hasta el día 25 del mes en curso para la presentación formal del plan de desempeño, con la alternativa de la Ley de Ajuste Fiscal para poder evitar el naufragio.
Para Martínez Pinedo, la tabla de salvación más cerca es la Ley de Ajuste Fiscal y negó versiones en el sentido de que esta herramienta administrativa le hubiera sido negada. Explicó empero, que lo que si le habían pedido era una serie de documentos, todos en original para entrar a estudiar la solicitud formulada y eventualmente aprobar la misma.
Para el gerente, más que un Plan de Desempeño, lo que ellos quieren realizar es un Plan de Mejoramiento, al parecer la diferencia estaría en la no obligatoriedad en la aplicación estricta del segundo.
Ya hay antecedente de hospital en la 550
Si el Nuestra Señora de los Remedios logra ‘meterse’ en la Ley 550, no será el primer laboratorio del País para esa figura desde un centro hospitalario, pues en el mes de agosto, el hospital del municipio Aguachica, logró que le permitieran la posibilidad de Ajustarse fiscalmente con la 550.
Las ventajas de esta ley es que corta de plano con la industria del embargo y le permite al establecimiento que se acoja poder contar con flujo de caja y tener una dinámica financiera, aunque haya más controles fiscales. “En el fondo lo que yo quiero es que se salve el hospital, por eso me importa muy poco que existan limitaciones con el gasto en la Ley 550”, asegura Ubaldo Martínez.
Los proveedores ahora son el mayor peso
Según el gerente, los proveedores del hospital ahora son el mayor peso económico y jurídico, pues se han dedicado a embargar cada una de las cuentas y los recursos que ingresan, por muy exiguos que ellos sean. Dice que en esto él siente que ha faltado un poco de tino por parte de funcionarios del sector judicial, quien pese a considerar que se trata de la salud, en donde la norma establece que no pueda darse un embargo del cien por ciento, ellos han sufrido porque una vez se identifica el ingreso la decisión judicial es de entregarle todo al demandante, dijo.
Las EPS siguen fallándole al hospital
Referente a los compromisos que se han hecho con los representantes de las EPS, dice que muchos de ellos dan muestras de no querer hacer las cosas bien, pues frente a la Superintendencia se hacen acuerdos, se firman pactos y compromisos, pero una vez se encuentran frente a las facturas, presentan todos los argumentos habidos y por haber y terminar aplazado el pago o negando la cuantía de la deuda. “Necesitamos sistemas contables confiables y reglas que sean más confiables para que se le juegue limpio al hospital sostiene. Asegura que entre os clientes más difíciles se encuentran Cajacopi y Salud Vida, pues solo entre esos dos tiene una cartera que supera los $2.500 millones, cifra con la que el hospital podría salir adelante sin tantas afujias.
No podemos estar eternamente en crisis
Entre tanto, la Secretaria de Salud del Departamento, Claudia Meza Ochoa, sostuvo que esta situación se ha convertido en una historia de nunca acabar y “no podemos sobrellevar una crisis hospitalaria eternamente, esto o mejora o se toman otras decisiones”, dijo. Indicó también a funcionaria que el mismo gobernador esta plenamente enterado de la situación y él se encuentra dispuesto, como ya lo ha dicho, incluso públicamente, a tomar las decisiones que sean necesarias con tal que sacar adelante el hospital de Riohacha.
Ayer, cuando se cerraba esta edición, en el hospital se realizaba una asamblea general para determinar si se van los trabajadores nuevamente a un cese de actividades. Hace un par de meses, una parálisis por la misma problemática le generó pérdidas al hospital por una cifra superior a os $1.500 millones, pero lo más catastrófico, fue la pérdida de la credibilidad ante sus usuarios.
Por: Francisco De La Hoz Sarmiento
El Hospital Nuestra Señora de los Remedios de Riohacha se encuentra en una grave crisis, pero a juicio de su gerente, el médico Ubaldo Martínez Pinedo, no todo está perdido y con un poco de voluntad política, no solo de los gobiernos nacional y departamental, sino de la comunidad y principalmente de sus funcionarios, se puede salir, adelante. Es consciente que cuenta con un plazo perentorio hasta el día 25 del mes en curso para la presentación formal del plan de desempeño, con la alternativa de la Ley de Ajuste Fiscal para poder evitar el naufragio.
Para Martínez Pinedo, la tabla de salvación más cerca es la Ley de Ajuste Fiscal y negó versiones en el sentido de que esta herramienta administrativa le hubiera sido negada. Explicó empero, que lo que si le habían pedido era una serie de documentos, todos en original para entrar a estudiar la solicitud formulada y eventualmente aprobar la misma.
Para el gerente, más que un Plan de Desempeño, lo que ellos quieren realizar es un Plan de Mejoramiento, al parecer la diferencia estaría en la no obligatoriedad en la aplicación estricta del segundo.
Ya hay antecedente de hospital en la 550
Si el Nuestra Señora de los Remedios logra ‘meterse’ en la Ley 550, no será el primer laboratorio del País para esa figura desde un centro hospitalario, pues en el mes de agosto, el hospital del municipio Aguachica, logró que le permitieran la posibilidad de Ajustarse fiscalmente con la 550.
Las ventajas de esta ley es que corta de plano con la industria del embargo y le permite al establecimiento que se acoja poder contar con flujo de caja y tener una dinámica financiera, aunque haya más controles fiscales. “En el fondo lo que yo quiero es que se salve el hospital, por eso me importa muy poco que existan limitaciones con el gasto en la Ley 550”, asegura Ubaldo Martínez.
Los proveedores ahora son el mayor peso
Según el gerente, los proveedores del hospital ahora son el mayor peso económico y jurídico, pues se han dedicado a embargar cada una de las cuentas y los recursos que ingresan, por muy exiguos que ellos sean. Dice que en esto él siente que ha faltado un poco de tino por parte de funcionarios del sector judicial, quien pese a considerar que se trata de la salud, en donde la norma establece que no pueda darse un embargo del cien por ciento, ellos han sufrido porque una vez se identifica el ingreso la decisión judicial es de entregarle todo al demandante, dijo.
Las EPS siguen fallándole al hospital
Referente a los compromisos que se han hecho con los representantes de las EPS, dice que muchos de ellos dan muestras de no querer hacer las cosas bien, pues frente a la Superintendencia se hacen acuerdos, se firman pactos y compromisos, pero una vez se encuentran frente a las facturas, presentan todos los argumentos habidos y por haber y terminar aplazado el pago o negando la cuantía de la deuda. “Necesitamos sistemas contables confiables y reglas que sean más confiables para que se le juegue limpio al hospital sostiene. Asegura que entre os clientes más difíciles se encuentran Cajacopi y Salud Vida, pues solo entre esos dos tiene una cartera que supera los $2.500 millones, cifra con la que el hospital podría salir adelante sin tantas afujias.
No podemos estar eternamente en crisis
Entre tanto, la Secretaria de Salud del Departamento, Claudia Meza Ochoa, sostuvo que esta situación se ha convertido en una historia de nunca acabar y “no podemos sobrellevar una crisis hospitalaria eternamente, esto o mejora o se toman otras decisiones”, dijo. Indicó también a funcionaria que el mismo gobernador esta plenamente enterado de la situación y él se encuentra dispuesto, como ya lo ha dicho, incluso públicamente, a tomar las decisiones que sean necesarias con tal que sacar adelante el hospital de Riohacha.
Ayer, cuando se cerraba esta edición, en el hospital se realizaba una asamblea general para determinar si se van los trabajadores nuevamente a un cese de actividades. Hace un par de meses, una parálisis por la misma problemática le generó pérdidas al hospital por una cifra superior a os $1.500 millones, pero lo más catastrófico, fue la pérdida de la credibilidad ante sus usuarios.
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