El día de los Santos Difuntos, una tradición que no muere
En las afueras del cementerio el rebusque impera en este día especial
Este es el principal Campo Santo de Riohacha, morada eterna de los
difuntos capitalinos de La Guajira
difuntos capitalinos de La Guajira
Para muchos es solo un día de oportunidad en donde podrán ganarse unos pesos más con la venta de flores, arreglos de tumbas, ventas de lápidas, entrega de responsos al alma de los fallecidos, actualizaciones de los pagos por la utilización de las bóvedas, la oportunidad del rencuentro con amigos y familiares que llegan para visitar muertos, la ocasión de mostrar una cara más cristiana y solidaria por parte de algunos candidatos a diferentes corporaciones, pero para la gran mayoría será el momento de la fe, el día ideal para comunicarle al muerto, lo que no se logró decirle en vida, es el momento de lo espiritual, también el día ideal para el perdón de los que se fueron sin arreglar sus cosas o de quienes vimos partir sin haberles dicho “perdóname, estoy arrepentido o arrepentida de haberte acusado mal”
Ayer fue el día de los Santos Difuntos y por eso las flores llovieron en la puerta del cementerio central, las oraciones inundaron el pie de las tumbas, las lágrimas bañaron los costados de las bóvedas y las almas se limpiaron con la creencia de que todos los rezos fueron escuchados por los difuntos.
Ayer también fue el día para demostrar que las creencias y que los ritos de los cristianos, siguen intactos, muy a pesar de la penetración de la tecnología, muy a pesar de la internet, de los “rezos on line” y de las luces electrónicas. A un lado y encima de las bóvedas, los guajiros y todos los habitantes de la península, siguieron iluminando el camino de los difuntos con velas de parafina, tal y como se hace desde tiempos inmemoriales.
Ayer fue el día de los Santos Difuntos y por eso las flores llovieron en la puerta del cementerio central, las oraciones inundaron el pie de las tumbas, las lágrimas bañaron los costados de las bóvedas y las almas se limpiaron con la creencia de que todos los rezos fueron escuchados por los difuntos.
Ayer también fue el día para demostrar que las creencias y que los ritos de los cristianos, siguen intactos, muy a pesar de la penetración de la tecnología, muy a pesar de la internet, de los “rezos on line” y de las luces electrónicas. A un lado y encima de las bóvedas, los guajiros y todos los habitantes de la península, siguieron iluminando el camino de los difuntos con velas de parafina, tal y como se hace desde tiempos inmemoriales.
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