La impunidad cobija homicidios en La Guajira
Cinco de los homicidios que se han presentado en el departamento de La Guajira en lo que va corrido del presente mes de agosto, se encuentran en la más completa impunidad, pese a las labores y diligencias que se desarrollan por parte de La Policía Nacional, el CTI y los restantes organismos encargados por la ley de la seguridad ciudadana.
Como se ha dicho por parte de los estudiosos de la criminalística, esa condición no sirve sino para estimular a los violentos a continuar con su carrera desenfrenada para ocasionar dolor a la sociedad.
El problema de la impunidad se ha planteado de diferentes formas y según sea el actor que lo estudia y los intereses que representa, así será su reflexión sobre el caso y sabrá encontrar los responsables de la impunidad.
No es el mismo causante de la impunidad el que se muestra en el visor de la Fiscalía, tampoco se parece al que está en la óptica de la Policía, el CTI, el DAS, Ejército y así cada uno sabrá explicar, como el cisne que nada en aguas turbias, como hacer para no mancharse.
La muestra de la impunidad que galopa sobre el lomo de la sociedad guajira es palpable en si se toman para análisis los homicidios cometidos contra Daniver Alejandro Daníes Padilla, un joven que tomó una carrera en su moto y fue ultimado a bala en cercanías de la población de Camarones, la muerte de Carlos Andrés Fernández Moreno, acribillado a balazos cerca a su casa del barrio José Antonio Galán, también se encuentra sin responsable material o intelectual, al igual que el homicidio cometido contra Stevenson Quiseno Aristizaval, otro muchacho que a bordo de una motocicleta había tomado una carrera en la población de Palomino. Nadie hasta el momento, y entre ellos las autoridades, da cuenta de los autores del atentado que terminaron acabando con la vida del tendero Sandro Ramírez Hernández y por otro lado siguen las pesquisas para definir quién mató a la estudiante de La Divina Pastora Ilva Polo Becerra, aunque todo hace indicar que las múltiples conjeturas que hacen hombres y mujeres que incluso ya tienen condenados con su lengua a algunos ciudadanos y ciudadanas, seguirá por rato. Como para finalizar todo este lío de impunidad, la sociedad de bien de La Guajira, espera que se demuestre que en la muerte del interno de la cárcel de Riohacha, José Luciano Balbuena, no se produjo negligencia de parte de las directivas y personal de guardianes y empresa encargada del suministro de la asistencia médica.
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